Sobre una fracción de excelencia, fruto de la sumatoria de varios terrenos en el corredor norte de la ciudad, se levanta este Conjunto de dos grandes torres cuyos volúmenes están formados por encastres de partes que responden a diversas tecnologías. Su diseño particularizado obedece a privilegiar vistas, optimizar el asoleamiento y ofrecer un cuidado paisaje urbano en un punto neurálgico de Buenos Aires.

El Conjunto tiene una muy baja ocupación del terreno; ésta decisión se ha permite apoyar los edificios sobre una gran superficie libre, especie de plaza cuadrada que actúa a modo de quinta fachada y recibe halles, piscinas y parques. De tal modo el nivel peatonal resulta visualmente no contaminante para los vecinos y genera una continuidad del espacio urbano vinculando la vasta área verde al Norte con la Plaza República del Perú.

Se ha buscado retirar lo más posible los edificios de la Av. Figueroa Alcorta para evitar generar un corredor construido, disponiéndose así un “fuelle” reductor de velocidades y de densidad vehicular a los efectos de que la entrada y salida al no entorpezca el normal funcionamiento del tránsito vehicular. Dado lo aislado del emprendimiento respecto de las construcciones cercanas se lo ha tratado formalmente como un conjunto de edificios ofreciendo al peatón o conductor ocasional una visión urbana que condice con el skyline de Buenos Aires y se constituye al mismo tiempo como nuevo hito urbano referencia visual.