1. INSERCIÓN URBANA

La particular ubicación del lote dentro del casco histórico de la ciudad determina el carácter de la intervención en la manzana 20. En efecto y de acuerdo a las Bases, las ideas del proyecto propuesto obedecen a la oportunidad única de generar un polo de irradiación de calidad urbana, impulsar la reactivación del área, y concentrar actividades mixtas que aceleren el proceso de recuperación.

La proximidad de funciones de distinta índole pero todas de gran concurrencia e importancia urbana, tales como la Terminal de Ómnibus, la Estación de Ferrocarril Bartolomé Mitre, que recibiría el Servicio de Tren de Alta Velocidad, el Hospital de Niños, el Boulevard Chacabuco, entre otros, han sido determinantes en la decisión de abrir la manzana, generando un pasaje urbano que dinamice los flujos circulatorios y configure un espacio de escala urbana y carácter público, rico en su diseño arquitectónico y paisajístico.

2. PROGRAMA ARQUITECTÓNICO

Se ha optado por desarrollar un programa complejo e integrador que incluye diversos usos públicos y privados: Museo, Banco, Biblioteca y Centro Cultural en los edificios históricos a preservar, un basamento de actividades comerciales en torno al Pasaje – Arboleda, Salas de Cine y Auditorio que vinculan al ex Hotel Palace con la ex Casa Matriz en el nivel superior del zócalo urbano. Sobre la superficie verde que tapiza el basamento se apoyan dos volúmenes que contienen actividades terciarias y surgen dos torres destinadas a actividades administrativas y hotel respectivamente que rematan en sendos miradores urbanos. Los estacionamientos se han resuelto en un volumen único de cinco niveles que no obstruye el nivel peatonal. La concentración de gran parte del complejo programa en dos elementos verticales de fuerte impronta visual pocos volúmenes obedece a la premisa básica de liberar la mayor parte de suelo urbano a los fines de vitalizar el área y permitir el intercambio ciudadano.

3. PRESERVACIÓN Y PROPUESTA MORFOLÓGICA

La preexistencia de los edificios históricos, su altura, arquitectura y materialidad, así como los vacíos existentes entre ellos, definen el criterio de ocupación y el diálogo formal generado entre basamento y torres así como entre percepción peatonal y percepción a nivel de paisaje urbano. A dicha dialéctica obedece el esfuerzo puesto en la consolidación del basamento o zócalo sobre el cual se ha aplicado un trabajo de apertura central y modelado del macizo construido garantizando la continuidad del perfil urbano a nivel de las fachadas en base a la figura del enrase. La materialidad del basamento contrasta fuertemente con la ligereza visual de las torres lo cual no resta sino aumenta su carácter icónico.

4. ESPACIO PUBLICO Y CONTINUIDAD

Como concepto pensamos que lo público es el espacio de la gente, un ámbito que cambia, que está en una continua transformación y movimiento. Como extensión de la ciudad, debería resultar un espacio de calidad cívica y encuentro social.

Bajo estas premisas proyectamos una planta baja permeable, profunda, continua, en la que los usos se mezclan, se cruzan reinterpretando en otra escala la complejidad de la ciudad, donde lo nuevo aparece amablemente, y lo viejo se abre hacia el gran pulmón de la manzana, permitiendo así una continuidad que valoriza y jerarquiza a las funciones.

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