En un enclave beneficiado por su frente al Parque Rivadavia, este edificio incorporó una serie de rasgos que fueron luego determinantes en la obra del Estudio Aisenson. En cuanto a la gestión, fue el primer edificio «al costo» poco tiempo después de que se promulgara la Ley de Propiedad Horizontal.

En cuanto al proyecto, se contemplaron las necesidades particulares de cada usuario logrando un programa que conformara al conjunto de consorcistas en un proyecto único. La imagen externa, cuyo carácter racionalista obedece a la tradición impresa por los iniciadores del Estudio, revela las funciones de los diversos sectores de las viviendas. Expresivas franjas horizontales en los balcones y un único paño ciego vertical en toda la altura, revestido en mármol travertino, organizan formalmente las elevaciones.

Por primera vez en la obra del Estudio el amplio balcón terraza actúa como expansión del estar, permitiendo una transición al espacio público beneficiado en este caso por las visuales sobre el parque. El edificio en esquina, de tipología entre medianeras tiene un subsuelo, planta baja, doce plantas de una vivienda por piso de 240m2 y otra en el piso 13 de 180m2 totalizando una superficie construida de 4.100 m2