El predio limitado por las calles Bouchard, Tucumán, la Avenida Madero y la Torre Bouchard ofrece excelente accesibilidad y privilegiadas visuales sobre el Río de la Plata, la Plaza Roma y el conglomerado urbano hacia el oeste. Una vez tomada la decisión de mantener el edificio existente, la realización del proyecto y la materialización de la obra se planteó como un gran desafío arquitectónico, urbanístico y técnico. El resultado es un edificio cuya volumetría  puede distinguirse en el perfil urbano de Buenos Aires, que consta de tres subsuelos destinados a estacionamiento, una gran Planta Baja libre, tres niveles de cocheras superiores, cuatro pisos de oficinas de gran superficie, un entrepiso de transición estructural y dieciséis nuevas plantas de oficinas con estructura metálica.

El edificio está compuesto por dos volúmenes articulados en torno al núcleo de circulaciones y su arquitectura responde a las solicitaciones que plantean el nuevo marco urbano, las orientaciones, el variado programa de oficinas y la tecnología a utilizar.

El resultado genera una nueva relación con el entorno inmediato y mediato absorbiendo (sin intentar ocultarlo) el edificio existente, cuya axialidad fue por años una muy buena respuesta a la situación urbana dominante hasta hace un par de décadas.