En este tramo de la Avda. del Libertador, ya existen edificios en altura, tanto residenciales como de oficinas, teniendo muchos de ellos la condición de torres.

Se propone entonces la construcción de cinco edificios de perímetro libre, maximizando en la medida de lo posible la separación entre ellos.

Se diseñaron “cortes” en los arranques y remates de cada uno, a los fines de alivianar el volumen general y lograr mayor separación entre los edificios, tanto en los pisos cercanos al espacio de la planta baja, como en los pisos superiores. Esta operación permitió optimizar la iluminación y vistas de las unidades allí ubicadas, así como ampliar e integrar a los diferentes espacios abiertos que conforman las plazas cedidas al uso público.

Se dispusieron dos torres residenciales en la manzana 146K y tres torres en la manzana 146L, dos de ellas también residenciales, y la tercera un único edificio que combina las actividades de hotel y oficinas.

Cada par de edificios de viviendas tienen un único hall de acceso en la planta baja, con dársenas vehiculares y accesos diferenciados para la entrada y salida de los automóviles. Esos halles de doble altura conforman los volúmenes del basamento junto con las actividades complementarias de las residencias. Los ingresos a los edificios residenciales se ubicaron sobre la más tranquila calle Ricchieri.

Las expansiones de las unidades se dispusieron contenidas en el volumen general, para protegerlas de los vientos y enfatizar el carácter formal de los edificios. Las de los pisos superiores, descubiertas y más importantes, se ubican en los recesos de cada edificio.

La quinta torre contiene el hotel en su tramo superior, con un sky lobby en el piso 13º y un hall de recepción en la planta baja. El tramo inferior está ocupado por las oficinas, con un hall de acceso diferenciado.

Todos los edificios cuentan con piscinas y áreas verdes en sus remates, lo que colabora para disminuir el efecto de “isla de calor”.

El diseño de la planta baja tuvo como objetivo incorporar áreas verdes y de recreación al espacio público.  Un “zigzag” continuo alterna edificios que contienen servicios comerciales y de gastronomía, con sectores parquizados que ofician de “estares urbanos”.

La plaza central permite conectar la Avda. del Libertador con el acceso al edificio patrimonial del Tiro Federal.

Los subsuelos albergan los estacionamientos de las diferentes funciones y los espacios para carga y descarga de objetos y mercaderías. También un sector de las actividades complementarias de las residencias, como ser piletas cubiertas, spa y jaulas para la práctica del golf. Completan el programa el estacionamiento de bicicletas, los espacios requeridos para el personal de servicio, las salas de máquinas y depósitos para las diferentes instalaciones, así como los tanques de agua, grupos electrógenos y eventuales cámaras transformadoras de las compañías eléctricas.